lunes, 30 de enero de 2012

TEST PARA SABER SI ERES UN CHIMPANCÉ


El año pasado el ganador del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo que "los jóvenes" que acortan las palabras y vulneran las reglas gramaticales en los chats de internet o en Twitter y Facebook piensan "como un mono". El egregio peruano se asombraba de la aterradora gramática que se usa en esos espacios de conversación y agregaba: "Si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así, y si piensas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante. Tal vez la gente sea más feliz si llega a ese estado. Quizás los monos son más felices que los seres humanos. Yo no lo sé".
 Don Mario se queja, y con razón, pues las palabras no son un adorno gratuito de nuestra privilegiada condición humana sino que constituyen una característica que refleja nuestro sofisticado nivel alcanzado. No sólo eso puesto que una persona que cultiva el ejercicio de un lenguaje enriquecido puede llegar a conocerse y dirigirse por la vida en maneras extraordinarias, pudiendo alcanzar hasta los paradigmas de toda vida plena: Sabiduría, Trascendencia Espiritual y Belleza. George Orwell, en su novela futurista titulada 1984 (la cual escribió en los años cuarentas) visualizaba un futuro desesperanzador donde el poder absoluto buscaría perpetuarse mediante un mecanismo de control consistente en la disminución de palabras y conceptos de lenguaje, para construir una "neolengua" simplona que alienara al pueblo e "imposibilitara otras formas de pensamiento":

"...La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área de pensamiento, objetivo que podía conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo indispensable..."

Las palabras se han reducido en número y se les otorgan significados arbitrarios -o afines a una cultura de marketing- a conceptos que antes eran del estudio de grandes sabios o especialistas, por ejemplo: "Amor" ahora es igual a "Pareja Sexo-emocional", y por eso una gran cantidad de productos se venden para conseguir y disfrutar del mismo; Libertad es igual a "no tener restricciones", y por eso no soportamos los obstáculos de un compromiso que restringa esa supuesta "libertad", cuando hay quienes para ejercer una decisión autónoma, llena de significado y elegida por plena convicción se privan de todo y adquieren responsabilidades superiores para llevar su libertad al nivel del logro personal y supremo; o Rock es igual a "cualquier música donde alguien grite y se vista mal"...

¿Qué es el lenguaje entonces y qué puede hacer por nosotros? El lenguaje es la interpretación que hacemos del mundo exterior, con él definimos lo que existe, abstraemos cada una de las partes de un objeto y las separamos del mismo para conocerlas como conceptos aislados y especializarnos en ellos. De este modo, podemos conocer al ser humano, sus elementos y saber como armonizarlos, cómo percibir su belleza, su unicidad, su particularidad como ente diferente de los objetos inanimados, buscando también conceptos más desarrollados y elevados para las inquietudes y necesidades mas sublimes del ser, como el amor y la libertad. Más todavía, con el lenguaje podemos pensar en objetivos superiores y hacernos preguntas que nadie más pueden hacerse: ¿Para qué estamos aquí? ¿De donde vino el universo? ¿Dios lo creó todo o es el universo infinito y autosuficiente como lo sugiere la ciencia actual? ¿Es el cerebro la escencia total del humano o hay algo más que sólo puede conocerse yendo más allá de los órganos y su fisiología? Si creemos que esto es importante no podemos dejar de lado al lenguaje como código articulado y orgánico del modo en que lo descubriremos.
Por eso hablemos, hablemos mucho, pero antes de hacerlo pensemos, pensemos mucho.

Para terminar, vuelvo a citar la novela de George Orwell sobre el uso de la infausta "neolengua":

"...Su uso fomentaba una especie de conversación similar a un cotorreo, a la vez roto y monótono... La intención era formar un lenguaje tan independiente como fuera posible de la conciencia... La neolengua difería de la mayoría de otros lenguajes en que su vocabulario se empequeñecía en vez de agrandarse. Cada reducción era una ganancia, ya que cuanto menor era la cantidad de palabras para escoger, mas pequeña era la tentación de pensar..."