miércoles, 21 de diciembre de 2011

Las 3 Peliculas Navideñas que cambiaron mi vida.

El cine es mejor que la vida y dado que al crecer en ocasiones la Navidad perdió su brillo mágico y divertido, ahora he decidido darle un repaso a las peliculas que le devuelven su toque especial cada año. Les advierto a quienes son muy afines al dogma cristiano y a las posadas con rezo del rosario que mi selección quizá los defraude, es mas bien una lista para outsiders de la navidad. Veamos este breve repaso del séptimo arte a la temporada decembrina.

LOS GREMLINS [1984].
Joe Dante, Steven Spielberg.

Una excelente metáfora de porqué uno jamás debe escatimar en regalos navideños. El padre de Billy viaja al barrio chino para comprarle un regalo de navidad a su hijo. Consigue una rara mascota de nombre Gizmo, un demonio mogwai de aspecto cándido y simplón. Por desgracia, como muchas cosas que venden los chinos, el exótico regalo termina dando más problemas que alegrías cuando Billy hace una de las tres cosas que jamás deben hacerse con él: alimentarlo después de la medianoche. Al hacerlo, Billy desata el terror en su pequeño pueblo cuando las extrañas criaturas que vivían dentro del cándido mogwai se liberan. Una curiosa mezcla de terror y comedia navideña son exhibidas en esta cinta, convirtiéndola en un inolvidable éxito de su tiempo.



CHRISTMAS VACATION [1989].
Jeremiah S. Chechik.

¿Usted cree que su navidad será pésima? Espere a ver la que tendrán los Griswold en esta divertida cinta ochentera. Clark Griswold, un devoto entusiasta de la Navidad (interpretado por el siempre simpático Chavy Chase) viaja con su familia a la reunión que tendrán con toda su parentela en casa. Como es de esperarse, ni la comida, la charla o el fervor del ambiente navideño estarán de su lado poniendo en peligro la celebración. Si a usted le preocupa cómo quedara su pavo relleno, si piensa que las lucecitas del árbol deben alejarse del alcance del gato o si de plano no sabe cómo iniciar una charla con los más viejos y ásperos de su clan, aquí agradecerá no pertenecer a la familia Griswold. Una gran comedia de temporada y una de las mejores que hizo Chavy Chase para la serie de filmes del National Lampoon. Imprescindible en cualquier navidad que se respete.



EL EXPRESO POLAR [2004].
Robert Zemeckis.

Si ya usted sentía que la fascinación por la temporada decembrina había decaído demasiado y además los viejos tiempos de creer en la magia terminaron luego de la llegada de la adolescencia, el acné, después los horarios de oficina y las fiestas de borrachos solterones, ver El Expreso Polar lo devolverá a aquellos sentimientos de la niñez cuando creíamos en algo. En esta cinta de animación por computadora, un niñito de ocho años está a punto de perder la fe en la navidad, cuando de repente se le aparece un conductor de trenes que es la viva imagen de Tom Hanks (y así lo llamaremos, al cabo le presta su voz). El objetivo del expreso: llegar al Polo Norte para conocer al Santa Claus de la Coca Cola y hacer un anuncio de televisión con él tomandose una Diet Coke (o algo así, ya no recuerdo toda la trama). Se dice fácil, pero el camino tiene sus dificultades y el tren del buen Tom Hanks nos lleva por una aventura visualmente impactante, llena de momentos monumentalmente emocionantes y un final que no podía ser otro sino uno feliz. Si le quiere meter velocidad a su 25 de Diciembre, después de los tamales, atole y pavo de la Noche Buena del 24, échese esta cinta y no saldrá decepcionado.


Aquí estan mis recomendaciones, estas tres películas cambiaron mi vida y me hicieron la persona recta y honorable que soy ahora. Pasen una Feliz Navidad.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Intercambios de Regalos con todo y sus crises.



Hoy querido lector estudiaremos un fenómeno navideño peculiar, asociado a la entrega de intercambio de regalos que en la terminología coloquial popular se conoce como la entrega previa del "cris".
Aunque no existen referencias confiables sobre el origen de la palabra, se sabe comúnmente que se trata de pequeños obsequios simbólicos ofrecidos como preámbulo a la entrega del regalo navideño, los cuales suelen darse los días previos al del evento donde será entregado el regalo. El objetivo es divertirse con la espectación del otro y estimular su afecto (o en ocasiones rencor) al efectuarse el intercambio mayor. Los crises generalmente son dulces, aunque de precio y calidad extremadamente variable y que pueden ir desde un Ferrero Rocher hasta una bola de azucar dura que más sirve para descalabrar que para agradar.

El fenómeno navideño del cris ha sido estudiado por sociólogos de todo el mundo pues resulta paradójico que no conformándose los participantes con los problemas desatados por el intercambio, adquieran más, obligándose unos y otros a darse dulces o pequeños juguetes en un clima de vigilancia sospechosista, debido a que los dulces son colocados en una canasta pública que siempre es víctima de misteriosos pillajes donde jamás se encuentra al culpable del robo de dulces. Más aún, a pesar de adquirir el compromiso hay quienes se hacen el ojo de pescado y nunca entregan los crises a tiempo o no los suficientes, demostrando que les vale madre el género humano y provocando intensos debates en horas de oficina con el consiguiente descuido de la jornada laboral por andar discutiendo esas minucias que siempre terminan en lloriqueos o amenazas de no volver a participar jamás (aún cuando el que lo afirma sabe que es mentira).

Aunque con fines loables de fraternidad entre la Raza Humana, a veces el cris demuestra que ésa raza, de humana no tiene nada, y por eso hasta el momento su servidor se ha abstenido de participar en tales trueques que ya la hija de Peña Nieto ha calificado como de prole, aunque no estoy seguro si podré resistir a tan intenso bombardeo de fervor navideño... ya les contaré cómo me fue en alguna crónica post-posada. Besos.