
Hoy querido lector estudiaremos un fenómeno navideño peculiar, asociado a la entrega de intercambio de regalos que en la terminología coloquial popular se conoce como la entrega previa del "cris".
Aunque no existen referencias confiables sobre el origen de la palabra, se sabe comúnmente que se trata de pequeños obsequios simbólicos ofrecidos como preámbulo a la entrega del regalo navideño, los cuales suelen darse los días previos al del evento donde será entregado el regalo. El objetivo es divertirse con la espectación del otro y estimular su afecto (o en ocasiones rencor) al efectuarse el intercambio mayor. Los crises generalmente son dulces, aunque de precio y calidad extremadamente variable y que pueden ir desde un Ferrero Rocher hasta una bola de azucar dura que más sirve para descalabrar que para agradar.
El fenómeno navideño del cris ha sido estudiado por sociólogos de todo el mundo pues resulta paradójico que no conformándose los participantes con los problemas desatados por el intercambio, adquieran más, obligándose unos y otros a darse dulces o pequeños juguetes en un clima de vigilancia sospechosista, debido a que los dulces son colocados en una canasta pública que siempre es víctima de misteriosos pillajes donde jamás se encuentra al culpable del robo de dulces. Más aún, a pesar de adquirir el compromiso hay quienes se hacen el ojo de pescado y nunca entregan los crises a tiempo o no los suficientes, demostrando que les vale madre el género humano y provocando intensos debates en horas de oficina con el consiguiente descuido de la jornada laboral por andar discutiendo esas minucias que siempre terminan en lloriqueos o amenazas de no volver a participar jamás (aún cuando el que lo afirma sabe que es mentira).
Aunque con fines loables de fraternidad entre la Raza Humana, a veces el cris demuestra que ésa raza, de humana no tiene nada, y por eso hasta el momento su servidor se ha abstenido de participar en tales trueques que ya la hija de Peña Nieto ha calificado como de prole, aunque no estoy seguro si podré resistir a tan intenso bombardeo de fervor navideño... ya les contaré cómo me fue en alguna crónica post-posada. Besos.
Hola! De dónde eres? Esto de “el cris” una vez se lo escuché a alguien de San Luis Potosí pero yo jamás lo había oído antes.
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